A lo largo de los años, hemos insistido en la importancia de las contraseñas como guardianes fundamentales de nuestras identidades digitales. En el incesante flujo de bits que constituye nuestro entorno digital, la fortaleza de nuestras contraseñas desempeña un papel crucial en la salvaguarda de nuestra información personal.
Sin embargo, el último informe de NordPass sobre las contraseñas más comunes en 2023 revela que, a pesar de la creciente conciencia sobre la seguridad en línea, los usuarios aún se aferran a contraseñas débiles y predecibles.
¿Te suena familiar la contraseña «123456»? Lamentablemente, sigue encabezando la lista de las contraseñas más utilizadas a nivel mundial, subrayando la urgente necesidad de concienciar sobre prácticas de seguridad más sólidas.
Si observamos los resultados de ediciones anteriores, notamos una constante en la persistente popularidad de contraseñas extremadamente débiles. Esta falta de variación en las elecciones de contraseñas señala un desafío continuo en la promoción de prácticas de seguridad más robustas.
En la edición de 2023, el informe de NordPass analizó una base de datos masiva recopilada en colaboración con investigadores independientes de 35 países, especializados en incidentes de ciberseguridad. La situación en América Latina refleja un escenario donde la falta de conciencia sobre la seguridad cibernética se combina con el auge de las ciberamenazas en la región.
NordPass examinó contraseñas de una base de datos de 6.6 TB, robadas por varios programas maliciosos y ladrones de contraseñas. Aunque algunos países de la región presentan variaciones en sus elecciones de contraseñas, la preferencia por combinaciones numéricas sigue siendo la opción más común. Además, se destaca el uso de nombres propios, siendo «Benjamín», «Antonio» y «Santiago» los más repetidos.
Este informe sirve como un recordatorio crucial de que, a pesar de la evolución tecnológica, la conciencia y la acción proactiva de los usuarios son esenciales para garantizar una seguridad en línea efectiva. La elección de contraseñas sólidas y únicas sigue siendo un pilar fundamental en la defensa contra las amenazas cibernéticas.
